Los contaminantes tóxicos y sus formas de acción
El estudio de los efectos fisiológicos que los contaminantes producen sobre el organismo humano corresponde a la medicina del trabajo. Un contaminante puede ser absorbido, distribuido, acumulado, metabolizado y desechado por el organismo.
Los contaminantes químicos pueden ser clasificados según sus efectos sobre el organismo de la siguiente manera:
Corrosivos: destruyen los tejidos sobre los que actúa el tóxico.
Irritantes: irrita la piel o las mucosas.
Neumoconióticos: generan una alteración pulmonar.
Asfixiantes: alteran los mecanismos oxidativos biológicos.
Anestésicos y narcóticos: generan depresión del sistema nervioso central.
Sensibilizantes: el tóxico genera un efecto alérgico.
Cancerígeno, mutágenos y teratógenos: pueden producir cáncer, problemas hereditarios y malformaciones en la descendencia.
Sistémicos: pueden generar alteraciones en los órganos del cuerpo como el hígado, riñón, corazón, etc.
A continuación, se desarrollan los contaminantes citados previamente con mayor detalle.
Corrosivos
Son productos que producen un ataque químico sobre el tejido con el que están en contacto. Los que tienen más amplia difusión son los ácidos.
Los irritantes
Son compuestos que atacan el tejido con el que entran en contacto, afectando la piel, las vías respiratorias y los ojos (producen una inflación generada por una acción química o física). Si bien pueden tratarse de irritantes dérmicos, en su mayoría corresponden a aquellos que al ser inhalados producen irritación de las vías respiratorias.
Neumoconióticos
Son compuestos en forma de polvo que se adhieren al pulmón y mediante un estímulo irritativo hacen que se reduzca la capacidad pulmonar, lo que va en detrimento de la capacidad de difusión de oxígeno. Una de las enfermedades más graves relacionadas es la silicosis, que se produce debido a la actuación de partículas de sílice o la asbestosis ocasionada por fibras de asbesto.
Asfixiantes
Son gases inertes que, en determinada cantidad, pueden desplazar el oxígeno del ambiente de trabajo y provocar asfixia. Como ejemplo figuran el dióxido de carbono, el nitrógeno, etc.
Anestésicos o narcóticos
Son compuestos que actúan sobre el sistema nervioso central, limitando el nivel de actividad cerebral. Por lo general son sustancias liposolubles, siendo los más conocidos los disolventes de uso industrial.
Sensibilizantes
Son compuestos que producen reacciones alérgicas en los individuos que están expuestos a ellos; esto puede derivar en afecciones dérmicas o respiratorias. Los más peligrosos son los sensibilizantes respiratorios, como los componentes de la familia de los isocianatos, cuyo uso es muy difundido en la fabricación de espumas y pinturas.
Los tóxicos sistémicos
Son compuestos cuyo ámbito de actuación son órganos determinados que se encuentran a determinada distancia de las vías de entrada; la gran parte de los disolventes orgánicos se encuentran en este grupo (metanol, hidrocarburos aromáticos, insecticidas, etc.)
Cancerígenos
Son sustancias con la capacidad de inducir una proliferación celular desordenada, por ejemplo, el amianto, el benceno, etc.
Mutágenos
Son sustancias que actúan sobre el material genético de las personas, generando alteraciones hereditarias.
Teratógenos
Son sustancias que provocan malformaciones congénitas.