Las
normas internacionales relacionadas a la seguridad, salud y
condiciones en el trabajo (Parte I)
El
éxito o fracaso en la implementación de buenas prácticas laborales
en materia de seguridad, salud e higiene en el trabajo, dependen en
gran manera de la voluntad y la colaboración de todos los
involucrados. En general estos actores corresponden a los
empleadores, trabajadores y las autoridades competentes.
Un
trabajador sano tiene mayores posibilidades de encontrarse motivado,
de obtener mayor satisfacción en el trabajo y consecuentemente a
contribuir en la obtención de productos y servicios de mayor
calidad.
Lo
anterior deriva sin lugar a dudas en una mayor calidad de vida para
los individuos y por ende para la sociedad en su conjunto. En tal
sentido, la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores son
determinantes para la productividad y desarrollo de cualquier
actividad laboral.
Los
principios básicos para el establecimiento de buenas prácticas
laborales, se encuentran reflejadas en las directrices de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde su creación en
1919.
Las
normas de la OIT sobre seguridad, salud y condiciones en el trabajo,
se constituyen en código internacional del trabajo. Estas definen
los estándares mínimos de protección y requisitos básicos de la
práctica de la salud y seguridad en el ámbito laboral. Asimismo,
especifican los derechos de los trabajadores y establecen las
responsabilidades de empleadores, trabajadores y gobiernos en materia
de seguridad y salud en el trabajo.