El enfoque coercitivo en la reducción de riesgos
Este es uno de los enfoques pioneros en el ámbito de la gestión de la seguridad e higiene laboral. Como es lógico, casi desde que se empezó a lidiar con la existencia de riesgos se han planteado reglas de seguridad con castigos para los que infrinjan su cumplimiento (esto puede estar establecido en el cuerpo legislativo o normativo de cada país).
El enfoque coercitivo en su más pura expresión sostiene que dado que la gente no es capaz de evaluar adecuadamente los peligros, ni tomar las precauciones correspondientes, debe haber alguien que imponga reglas y sujetar las mismas a castigos por su romperlas. Este enfoque es simple y directo, por lo que puede conseguir una alta efectividad.
A través del enfoque coercitivo la OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de los Estados Unidos) consiguió que miles de industrias cumplan con reglamentaciones que han transformado los lugares de trabajo y han hecho que sean más seguros y saludables. Si bien este enfoque ha tenido éxito, es evidente que tiene algunos inconvenientes, como se verá a continuación.
La base de cualquier procedimiento coercitivo es un conjunto de normas obligatorias, que deben se enunciadas en términos como: “no haga nunca aquello” o “haga siempre esto”. Sin embargo, el lenguaje obligatorio que utiliza las citadas palabras, puede resultar no apropiado cuando se trata de la incertidumbre asociada a los riesgos de la seguridad e higiene laboral. Por ejemplo, en un incendio, que amenaza con propagarse en toda la planta de producción, una reacción inmediata podría ser correr a cerrar las válvulas de gas sin tomar en consideración que para su manipuleo se requiere la utilización de determinados elementos de protección personal como guantes. En este caso primaría más la atención de la emergencia, antes de dar estricto cumplimiento a la no violación de las reglas establecidas.
El ejemplo citado previamente puede ser fuente generadora de confusiones, pues en determinados casos es razonable no cumplir con las reglas predeterminadas y puede resultar inapropiado la aplicación de sanciones. Asimismo, un enfoque coercitivo, puede ocasionar que muchos empleados y empleadores se sitúen en una posición a la defensiva, responsabilizando al enfoque coercitivo de afectar negativamente su productividad.
En ocasiones, las reglas muy fervorosas y opresivas pueden resultar contraproducentes, pues tienen un efecto negativo en las mismas personas que intentan proteger, por lo que, en lo posible, se debe tratar de encontrar un balance adecuado que permita no disminuir la efectividad buscada con este enfoque.